El tiempo, el trabajo y la creatividad
Estos
tres conceptos están estrechamente ligados. No puede haber
creatividad si no disponemos del tiempo suficiente para dejar que
fluya y, aún menos, si no trabajamos para que aparezca. Es cierto
que algunas grandes ideas aparecen de repente, casi sin dedicar
tiempo a pensar en ellas, pero no es menos cierto que otras muchas
necesitan que las pulamos, que les demos forma, que incluso las
desechemos en un principio para volver a recuperarlas después.
Ser
creativo implica trabajo y esfuerzo, pero también una gran
recompensa: el reconocimiento de los demás. Eso debería bastar en
muchos casos.
Como
docente, me gusta pensar que todos los alumnos son creativos,
lo que está claro es que algunos dedican más tiempo y trabajo a
crear que otros. Estos últimos se consideran a sí mismos poco
imaginativos o poco capaces de innovar, pero se equivocan: TODOS
SOMOS CREATIVOS EN MAYOR O MENOR MEDIDA, ya que la creatividad no
solo puede plasmarse de forma artística o plástica, sino que puede
y debe aparecer como instrumento indispensable en la
resolución de problemas en el día a día del mundo laboral.
Ante
un problema imprevisto en una oficina, o ante una negociación
enquistada, o una emergencia sanitaria poco común, se nos exigirá
esa creatividad en un tiempo muy breve. Si la entrenamos ahora, nos
será más fácil utilizarla en el futuro.
“Todas
las personas tienen la disposición de trabajar creativamente. Lo que
sucede es que la mayoría jamás lo nota.”
Truman
Capote
En
próximas entradas, algunas técnicas para este entrenamiento.
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